Siempre he sido aficionada al café. Inicialmente tomaba marcas comunes porque no tenía conocimiento de otras calidades mejores de cafés. Tomaba café instantáneo hace unos años o visitaba lugares donde prepararan un buen café, pero, comencé a descubrir el know-how de las máquinas cafeteras, el café molido y luego me quedé con el café en grano, por motivos de mayor frescura, duración y calidad al momento de prepararlo. Asistí a talleres en una empresa de café muy conocida de la ciudad y a otros...aprendí mucho, gracias a ellos. Con el tiempo aprendí a preparar diferentes recetas de cafés fríos y calientes. Manejo una máquina cafetera casera (3 en 1) para espresso, café de goteo y cappuccino en mi casa. Normalmente preparo mucho café en la de goteo casi todos los días para mi familia y visito una tienda de café ocasionalmente. También compro algunas marcas buenas y preferidas de a poco(media libra o una libra) y a medida que las consumo y las termino, compro de nuevo. La cultura cafetera en mi ciudad Medellín y país Colombia, ha venido creciendo cada vez más por ser un país productor y exportador. Igualmente dicen que el consumo de café se ha aumentado. Es una bebida muy buena porque nos hace sentir alertas y animados. Les recomiendo el café colombiano especialmente los del Suroeste antioqueño y uno del Oriente antioqueño.
Hoy fue un día muy especial. Asistí y participé en una cata de café organizada por El Laboratorio de Café de Medellín desde las 11:00 a.m. hasta las 1:00 p.m.
En una mesa nos colocaron dos vasos transparentes de vidrio y un recipiente con café en grano por cada muestra de café. Eran seis muestras de cafés de diferentes zonas, alturas, fermentaciones, notas, entre otras. Nos invitaron a experimentar y aprender sobre la catación de café. Primera vez que participaba en una cata. Me gustó la experiencia y se las voy a relatar. Primero que todo, debíamos oler y sentir la fragancia del café molido en seco, cada vaso de cada muestra y describir la fragancia. Alguna podría ser caramelo, otra dulce, miel, nueces, entre otros. Todos los catadores participantes sentimos diferentes fragancias. Nos dieron una ficha donde calificabámos la fragancia en seco, luego siguió distinguir el aroma. La persona encargada agregó agua caliente a los vasos con cafe molido. Cada participante pasaba a la mesa y sentía el aroma que luego calificaba. Los aromas podrían ser frutos rojos, chocolate, panela, ácido, entre otros. También podíamos utilizar la técnica de romper taza o sea introducir la cuchara en un lateral del vaso de vidrio y moverla hacia el otro extremo del vaso, inmediatamente sentir de nuevo el aroma. Cada participante percibía con su sentido del olfato diferentes características. También calificamos la acidez, el sabor(con una cuchara sorbiendo fuertemente), el cuerpo, la dulzura, el sabor residual y, por último la uniformidad(evaluar si las dos tazas de una misma variedad eran uniformes o diferentes) y complejidad del café(si el café es denso y se le sienten muchas características y notas entre otras).
preparación para sentir el aroma del café
hoja o ficha de evaluación y calificación(votación)
Los puntajes de 80 a 100 son de cafés especiales, menos de 80 son de cafés comerciales. En cada ficha de calificación y puntaje, colocamos un punto con el marcador en cada elección. Luego al final se unían los puntos en forma de telaraña y se concluía con un perfil del café de cada variedad.
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