Imagen de un niño escuchando
Hoy fue un día en que estuve a prueba. Mis oídos y mi escucha fueron examinados. El médico Otorrinolaringólogo me ordenó tres exámenes de audición, porque le consulté el motivo de por qué yo estaba hablando con un volumen más alto de lo acostumbrado, especialmente cuando hablaba por teléfono, celular y en espacios cerrados y abiertos últimamente. Mi temor era que tenía una falla en la audición, pero hoy todo se aclaró. Mi audición está dentro de los límites normales. Resulta que mi personalidad siendo comunicativa y mi oficio como profesora(voz mando), eran los principales motivos de por qué hablaba con más volumen. Pero habían otros motivos. Había aprendido a escuchar a veces a mi alrededor, voces con alto volumen también y no me había percatado que debía modular la voz, hablar con menos volumen, a regularlo, siendo tan importante para la comunicación y escucha. Ahora sé que cuando lo escuchen a uno por un celular o por un teléfono, no hay necesidad de hablar alto. Aprendí de la Fonoaudióloga y el médico, que debemos escuchar música sin unos audífonos, no gritar sino en caso necesario como estar en peligro, escuchar la música con volumen medio, no usar copitos en los oídos, modular la voz, no exponer los oídos a ruidos altos y, aprender a escuchar. A este tema quería llegar. La importancia de escuchar. Muchos a veces no escuchamos sino que oímos. Una vez, una doctora me dijo un sabio pensamiento: "Mónica, todos debemos aprender a escuchar, a veces nuestro afán es hablar antes de que el otro exprese sus pensamientos o pensar qué vamos a decir mientras el otro está hablando."
Hoy doy gracias a Dios...valoro más mis oídos y mi cuerpo entero.
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