Este jardín es tan inspirador para el visitante observador como para los ancianos que viven en el Refugio. Los años cumplidos y la ancianidad no deben ser motivos de nostalgia, por el contrario, acompañemos esta etapa con sabiduría. Estando jóvenes de cuerpo hace un tiempo, disfrutamos a nuestra manera y cumplir años no es un inconveniente para tener nuestros corazones y espíritus jóvenes también. A través de la vida aprendemos de la experiencia y del conocimiento, de la sanación del cuerpo y de la mente, de la superación de las dificultades, de la familia, de la humildad, del amor y de la amistad. Los jardínes cultivados son el fiel reflejo de lo que somos, sabemos, tenemos, creemos y amamos. Vivamos la vida con el empleo del tiempo: trabajando, compartiendo, descansando y disfrutando plenamente. Aprendamos sobre el valor de las cosas sencillas y los momentos tan especiales que apreciamos. Vivamos la edad como un tesoro que debemos conservar de la mejor manera posible. ¡Bendiciones para todos! Escribamos bellamente nuestra historia de vida con la pluma delicada del amor.
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