viernes, 13 de diciembre de 2013

Ensayo sobre el apego y el desapego en esta Navidad



 Ensayo sobre el apego y el desapego.
Escrito por Mónica Arcila Restrepo septiembre 16 de 2013
Aficionada a la Psicología en general, la Humanista y la Positiva. 

Desde que estamos en el vientre materno, estamos a-pegados al cordón umbilical. Estamos conviviendo con el líquido amniótico. Luego nacemos y descubrimos que ya el cordón umbilical es cortado para luego ser alimentados por nuestra madre (no a todos nos toca). Comenzamos a crecer rápidamente. Dependemos de nuestra madre y nuestro padre (en algunos casos, no siempre). Casos en que algunos son huérfanos de madre o padre o ambos. Casos en que damos gracias a Dios de tenerlos a ambos. Comenzamos a gatear, luego damos nuestros primeros pasos al caminar. Tenemos sentimientos mezclados de temor, de exploración y de aventura. Lloramos por hambre, por una caída, por un dolor entre otros. Nuestra dulce compañía es la familia y también nuestro angelito de la guarda. Llegamos al preescolar y a algunos les da duro la separación por unas horas de sus madres. Comienzan a compartir con los compañeritos(as) y consiguen amiguitos(as).

La creatividad de los niños y sus continuas preguntas sobre el mundo en general, son una sorpresa para los padres. El colegio llega a ser una experiencia inolvidable, donde aprendemos infinidad de conocimientos, sobre la amistad, y donde los maestros son nuestros héroes. Seguimos dependiendo económicamente de nuestros padres por lo general. Nos acostumbramos a hacer las tareas y nos sentimos orgullosos de obtener buenas notas. Llega la adolescencia y los amigos son muy importantes y hasta los novios(as) también. Algunos se rebelan con sus padres porque es la época de cambios físicos y emocionales trascendentales.
Llega el grado y ya la carrera que proyectamos estudiar es una prioridad. Vamos a estudiar mucho porque la universidad así lo exige y el tiempo lo vamos a dedicar a estar más en la U que en el hogar. Vamos soltando más ese apego hacia la familia.

Descubrimos que no siempre hay que apegarnos a las amistades ni a una posible pareja. Aprendemos de cada relación que encontramos en el camino. Unos se casarán otros lo dudarán.  Otros lo postergarán. Unos tendrán hijos, otros no. Unos se apegarán a relaciones tóxicas o dañinas o de maltrato. Algunos sobrevivirán o superarán los problemas familiares. Otros terminarán mal.

Lo importante es sentir que lo aprendido en las relaciones interpersonales sea extensivo hacia  nuestra vida de ahí en adelante. Que aprendamos de nuestros errores, de nuestra inmadurez a veces. Que superemos los pequeños y grandes problemas. Confiando en Dios y en el amor en general. Aprendemos  que dentro de nosotros debe haber un observador que nos detenga cuando no debemos hacer o decir algo que pueda perjudicarnos o afectar a los demás. Pensar que todas las personas somos mundos diferentes y debemos respetar estas diferencias. Aprender a tolerar. Somos hijos de Dios y la Virgen, de nuestros padres, del universo. Somos únicos. Aprendamos a querernos y a querer a los demás.

Ensayo escrito por Mónica  Arcila Restrepo septiembre 16 de 2013 
Aficionada a la Psicología en general, la Humanista y la Positiva.  

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Caligrafía Mónica Arcila Restrepo

Caligrafía Mónica Arcila Restrepo
Letras hechas con una regla y marcadores