Les comparto una bella experiencia que tuve hoy en la enseñanza de la caligrafía básica a un niño de 11 años llamado Sebastián. El es muy juicioso e inteligente. Está en primero de bachillerato. Lleva 5 clases conmigo hasta el momento. El está aprendiendo la letra básica despegada que ven en la imagen, no es la cursiva. Me dijeron sus padres que está mejorando mucho la letra, pero la está escribiendo lentamente en las clases del colegio. Hoy deduje que siendo el niño bueno para las matemáticas especialmente, yo podría ingeniarme alguna técnica para aumentar la velocidad al escribir esta letra. ¡Oh sorpresa! se me ocurrió una idea y que conste que no he estudiado técnicas para aumentar la velocidad al escribir, porque normalmente sucede que muchas personas al escribir rápidamente dañan sus letras, hay excepciones a la regla. Como algunos de ustedes saben, la letra cursiva es más rápida al escribirse, porque para escribir una palabra no se despega el lápiz. La básica despegada o imprenta puede ser más lenta porque al escribir una palabra despegamos el lápiz, cada vez que hacemos una letra. Con Sebastián apliqué la siguiente técnica pedagógica y es así:
Por ejemplo sabemos que para escribir las letras de un alfabeto, debemos hacerlas en uno o dos o tres o cuatro trazos cada letra, dependiendo de cuál letra sea. Me inventé una técnica matemática y desconozco si existe en la Psicopedagogía. Por ejemplo la letra a se hace en dos trazos, inicialmente cuando el niño o adulto está aprendiendo a escribir esta letra, debe decir en voz alta UNO-DOS hasta que lo diga mentalmente pensándolo. Luego hacer un ligero avance, haciendo la letra en un paso diciendo UNO. La rapidez aumenta cada vez más. Otro ejemplo: escribiendo la letra M la hacemos en 4 trazos todos bajando. Para hacer la letra M contamos hasta CUATRO y luego mermar el conteo hasta TRES, luego hasta DOS y por último contar UNO. Esta nueva técnica funcionó perfecto con mi alumno en el día de hoy. Y lo satisfactorio es que escribió rápidamente y no dañó su letra. Creo que la lógica y las matemáticas me ayudaron en el día de hoy, especialmente aplicable a mi pedagogía presente y futura dirigida a los niños, jóvenes y adultos. Me siento muy bien al haber captado esta técnica. Esta técnica debe ser entrenada por el alumno, incialmente con las planas y las tareas en casa. Luego, cuando el entrenamiento y resultado sean más efectivos, esta técnica se puede aplicar en el salón de clases del colegio, en el caso de los niños y jóvenes.
Lo curioso es que cuando yo estaba en el último grado de bachillerato, me hicieron una prueba de psicorientación y resultó que podría ser buena para la Psicopedagogía. El destino me cambió y estudié la carrera de Administración de Negocios. He descubierto muchas aptitudes para enseñar a los niños y jóvenes especialmente y a los adultos también.
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